Hacía mucho durante el fin de semana largo y estaba muy ocupada. La primera cosa que hice fue trabajar a un lugar de bailar para una fiesta de cumpleaños. El gerente de este lugar, que se llama Zumba, conoce a mi madre. Dijo si podía ayudar para una fiesta de cumpleaños grande porque muchos miembros de su personal no podían ir. Estuve de acuerdo porque quiero ahorrar dinero y estoy bien con los niños pequeños. Tenía que estar al lugar para una hora antes y después de la fiesta para ayudar a poner las decoraciones y eliminarlos. Durante la fiesta, bailé con los niños, dio la comida, y ayudé a los niños tienen un buen tiempo. También necesitaba hacer los padres felices por responder a sus preguntas. El trabajo era muy agotador, pero hice dinero hacer el gerente feliz. Aprendí que necesito hacer decisiones más por mí y ser más responsable. Luego, asistí al bat mitzvá de mi vecina. Estaba muy feliz para ella porque conozco a ella para mucho tiempo y ahora estaba viendo ella entrar la vida adulta judía. El servicio era bueno y mi vecina cantaba maravillosamente. Me senté con mis otros vecinos y nosotros todos miramos a nuestra vecina de trece años lee de la Torá. Su hermano de sólo cinco años también cantó una oración y fue muy lindo. Su familia, amigas, y vecinos celebramos con ella después del servicio con una fiesta. Conocí a sus amigas y en un principio pensaron que yo era un alumno de séptimo como ellas. También, pasé un rato con mis vecinos, bailé, y comí comida deliciosa. Creo que hice todo que quería hacer durante este fin de semana de cuatros días, incluso mi tarea.
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